Besugo

Besugo

Besugo

Blackspot seabream

Pagellus bogaraveo

Descripción

El besugo pertenece a la familia de los espáridos, dentro del orden de los Peciformes. Los peces de esta familia se caracterizan por un cuerpo alto y comprimido. El besugo es un pez osteictio, es decir, tiene el esqueleto osificado. Su forma es ovalada; y el color rosáceo —con tono rojizo el dorso y gris plateado el vientre y en los lados—. Presenta una mancha negra característica por encima de las aletas pectorales, en el inicio de la línea lateral, que en los ejemplares jóvenes no se encuentra. Puede llegar a medir hasta 65 cm de largo y puede llegar a pesar más de 6 kg, aunque lo más frecuente es que el peso sea de unos 5 kg y la longitud de 20 a 40 cm.

Hábitat y pesca

El besugo es un pez marino muy común en las costas europeas, desde la zona tropical del océano Atlántico hasta Noruega, y también en el mar Mediterráneo. Vive formando bancos pequeños, habita en los fondos arenosos y suele estar en profundidades mayores según avanza su edad, encontrándose ejemplares jóvenes a 40 m de profundidad mientras que los adultos llegan a 300 m. Su alimentación es básicamente carnívora, alimentándose sobre todo de peces. Al igual que la dorada y el resto de los espáridos, son hermafroditas. En su juventud son machos y al pasar varios años se transforman en hembras.

Porción comestible

55 gramos por cada 100 gramos de producto fresco.

Fuente de nutrientes y sustancias no nutritivas

Proteínas, selenio, fósforo, vitamina B12 y niacina.

Valoración nutricional

Dentro de los pescados blancos, el besugo es uno de los más magros con unos 2 g de grasa por cada 100 g de porción comestible. Esto significa que su valor calórico es moderado, lo que lo convierte en un alimento adecuado para personas que tienen sobrepeso u obesidad. Al igual que el resto de los pescados, el besugo se considera una buena fuente de proteínas de alto valor biológico, además de contener otros nutrientes como vitaminas y minerales. Entre las vitaminas destaca la presencia de vitamina B12 y en menor medida, de niacina o vitamina B3. Estas vitaminas permiten el aprovechamiento de los nutrientes energéticos e intervienen en numerosos procesos de gran importancia funcional.

En cuanto a su contenido en minerales, los más destacados son: en primer lugar, el selenio, del que una ración de besugo aporta casi el 80% de las ingestas diarias recomendadas para este mineral; el fósforo, un 33%; y en aportes próximos al 10% de las ingestas recomendadas, el potasio, hierro y magnesio. Todos los elementos minerales desempeñan funciones beneficiosas en el organismo. El selenio es uno de los antioxidantes de nuestra dieta.

El fósforo es el segundo mineral más abundante del organismo: casi el 85% se encuentra combinado con el calcio en huesos y dientes, forma parte de todas las células y es constituyente del material genético (ADN y ARN), de algunos hidratos de carbono y proteínas, es necesario para la activación de muchas enzimas y de las vitaminas del grupo B, y participa en el metabolismo energético.

El potasio es un mineral necesario para el sistema nervioso y la actividad muscular e interviene en el equilibrio del agua dentro y fuera de la célula.

El hierro es necesario para la formación de la hemoglobina, y su aporte adecuado previene la anemia ferropénica. Y por último, el magnesio se relaciona con el funcionamiento del intestino, los nervios y los músculos, además de formar parte de huesos y dientes. También mejora la inmunidad y posee un suave efecto laxante. Por su contenido en purinas, no es aconsejable para quienes padecen hiperuricemia.

Composición nutricional

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